«Una pastilla. Todo es posible». Ese es el slogan con el que se promociona «Sin límites» (Limitless), la última película de Robert de Niro.
La película, también protagonizada por Bradley Cooper, cuenta la historia de un escritor que consume una droga experimental que le permite usar el 100% de su cerebro. El resultado es éxito, fama e incluso la pastillita hace al protagonista mas guapo y todo. Ahora me acuerdo del episodio de Los Simpsons donde se dan cuenta que Homer es tonto porque tiene un lapiz metido en el cerebro y cuando se lo quitan se vuelve muy inteligente, pues esto es parecido pero en vez de sacar un lápiz se come una pastilla.
Y es que, gracias a la droga, el protagonista pasa de ser alguien desorganizado y desmotivado a convertirse en alguien equilibrado y con una gran confianza en sí mismo.
Pero, ¿hay algo real de verdad detrás de la historia? ¿Puede una simple pastillita aumentar ilimitadamente nuestra capacidad cerebral?
En cierta forma, sí. Medicamentos similares al que aparece en la película ya existen en la vida real: ayudan a mejorar la memoria y la capacidad de concentración, lo que les ha valido el nombre de «drogas inteligentes».